viernes, 21 de febrero de 2014

LA IMPORTANCIA DEL PROFE MOTIVADO. MI PARTICIPACIÓN EN #MOOCafe

Queridos amigos:


Desde hace un tiempo me ronda una duda que me trae de cabeza... quizá sea algo a la orden del día que ya tengamos tan interiorizado que pase desapercibido, pero soy muy cabezota y me niego a creer que las cosas sean "así y punto". Ahí va... ¿Por qué a los niños no les suele gustar ir al colegio? ¿Por qué los vemos muchas veces aburridos encima de sus pupitres aguantándose la cabeza para que no se les caiga encima del libro? La respuesta puede ser fácil: no están motivados!! Pues si... obviamente nunca harás con gusto algo que te aburre, pero me gustaría llegar más allá. Hablamos de nuevas metodologías, de educar en el sigo XXI, buscamos técnicas de motivación, vídeos, actividades que hagan que nuestros alumnos se impliquen más pero ¿de dónde surge todo eso?





Al igual que ningún niño querrá ir al colegio si allí no se divierte, ningún adulto querrá ir a trabajar si no disfruta de su trabajo. ¡Esa es la clave! Tú, (querido docente, futuro docente, amante de la educación) ¿te diviertes con tu trabajo?



Ayer tuve la suerte de formar parte de una tertulia sobre educación con muchos profesionales del ámbito. Reconozco que mi aportación se resumió prácticamente en abrir la boca y escuchar, pero me di cuenta de una cosa primordial, todos esos docentes estaban enormemente MOTIVADOS. Es falso que la edad quita las fuerzas siempre y cuando estemos dispuestos a ello, claro.



En nuestra profesión los incentivos no son económicos, no nos ascienden por ser buenos profes ni nos dan premios al profe del año. Nuestra gratificación la vemos en el día a día, en el progreso de nuestros chic@s y en sus palabras inesperadas de agradecimiento. Por ello, tenemos que preocuparnos de motivarnos nosotros mismos (y con otros compañeros). Creo que igual que las sonrisas se contagian, las ganas también y esto es NUESTRA RESPONSABILIDAD. Si tu estás motivado, tus alumnos también lo estarán.



Quizá penséis que se me nota por todas partes la inexperiencia, sin embargo y hasta que la vida me demuestre lo contrario no cambiaré esta idea.



Me gustaría finalizar con un vídeo de Ken Robinson titulado ¡A iniciar la revolución del aprendizaje!




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